Publicado
por primera vez en 1976, aborda de forma sutil y original el tema de la
identidad de género. La historia de Julia, la niña que tenía sombra de niño fue el primer título para niños de la
editorial parisina Le sourire qui mord, impulsada por Christian Bruel, y está
considerado un clásico del libro-álbum francés. Este renovador proyecto
editorial se propuso modificar la imagen y el contenido de los libros para
niños, con el ánimo de crear libros "donde todo el mundo, sea cual sea su
edad, pueda encontrar material para soñar, pensar, rebelde" y con "la
abolición de la frontera entre adultos y niños, la exaltación del pensamiento y
la imaginación, y el rechazo de estereotipos y tabúes" como premisas
esenciales.
La
pequeña Julia recibe todo tipo de reproches de parte de su madre, quien se
lamenta de que su comportamiento no sea el que se espera de una niña, pues,
además de gustarle saltar y jugar a la pelota, como si fuera un chico, no se
preocupa mucho que digamos de su apariencia física. Una mañana, la protagonista
descubre que su sombra es la de un niño y, aunque intenta desembarazarse de
ella, resulta inútil. El encuentro con un niño con problemas similares a los
suyos propicia un desenlace que defiende el derecho de los seres humanos a ser
tal cual les apetece ser, olvidándose de estereotipos, conductas sexuales
tipificadas y rígidas etiquetas. El texto de Christian Bruel y las sugestivas
ilustraciones de Anne Bozellec, en línea negra con significativos toques de
color naranja, dialogan y cuentan la historia, enriqueciéndola con todo tipo de
detalles psicológicos e inquietantes perspectivas. Este álbum, pionero en el
acercamiento a una temática que exige tacto y delicadeza en su abordaje, invita
a entablar con los niños un diálogo inteligente acerca de la sexualidad y el
género como construcción cultural.
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